Todos recordamos días felices. Los conmemoramos con plenitud y mucha añoranza. Quizá los domingos en pijama acostado en la cama de tus papás viendo televisor, tus papás preparando el desayuno. Todo parecía perfecto, no había preocupaciones. Deseábamos crecer, ser adultos para trabajar y ganar dinero. Pensábamos que haciendo lo que nos gustará podríamos transformar el mundo. Crecimos con la expectativa de hacer lo que veíamos en nuestros monitores.

       Crecimos y no todos nuestros deseos se han cumplido, unos se disolvieron u olvidaron, otros se trasformaron. Llegamos a la edad que esperábamos tener sin algunos o ningún sueño cumplido. Ser estrella de rock, ser un empresario exitoso, ser un doctor reconocido, ser un abogado, ser bombero o tener a la familia perfecta.

       Esto lo debemos de aceptar: no todos los sueños se cumplen. No a la edad deseada ni tan fácil como lo esperábamos. Habrá cosas que tengamos que sacrificar para sobrevivir o tener una comodidad económica. Todo lleva tiempo y trabajo. Todo tiene un precio. 

       Comparto la idea de algunos, que no todo se cumple como esperábamos. Y que tampoco hay éxito de la noche a la mañana. Hay un trabajo arduo, lleno de frustraciones, fracasos, sudor, lágrimas, corazones rotos, relaciones perdidas, peleas y autosabotaje. La pregunta es: ¿Qué vale suficientemente la pena cómo para sobrevivir a esa tribulación? En la respuesta se puede encontrar el arte de vivir.

‘’We’re just two lost souls swimming in a fishbowl

Year after year

Running over the same old ground

What have we found?

The same old fears

Wish you were here’’

-Pink Floyd.

 

       Recomiendo hacer una lista de 5 sueños antes de morir. Descartemos dos de esas cinco por un momento. De las tres opciones restantes, elige la que sientas más deseo de cumplir ahorita y sea fácil para tu posición económica y organización tiempo. Pregúntate qué necesitas aprender para llegar a eso, revisa el mínimo dinero que necesites para cumplirlo, observa qué te puedes ahorrar y qué puedes aprender rápido en YouTube o con un amigo. Escucha un podcast en el largo trayecto del camión o ruta. Busca las herramientas.

       Las otras dos, puedes empezar a dedicarle media hora por día al tema e irte alimentando poco a poco. Si lo haces todos los días, al final de la semana habrás dedicado 4 horas y media al tema. Al final del mes podrás haberle dedicado 18 horas. Tal vez en días libres puedas añadir más horas. Imagínate al final del año.

       Sugiero que revises la idea de David Grohl o Sylvester Stallone. Cursos no lineales y con bastante limitantes que nos enseñan a hacer uso de lo poco que tenemos para perseguir lo que queremos. Tal vez así los fantasmas que nos han perseguido se vuelvan nuestros más fieles amigos y las cadenas que llevemos arrastrando se vuelvan más ligeras. Tal vez así puedas voltear atrás, ver al niño de hace años observándote con orgullo y con admiración, para que después regrese a ver un poco de televisión y espere el desayuno.